sábado, 27 de noviembre de 2010

Dear diary:

Por las calles frías pasea, sin nadie a su alrededor, se siente abandonada
por la sociedad, siempre está triste, sus lágrimas se congelan en su frío
rostro, sus labios se cortan por el aire fresco.
Sigue caminando... hasta llegar a su lugar, aquel donde puede encontrar calma
y relajación, allí donde ella se alejaba, su sorpresa fue que los árboles
ya no vistiesen de coloridas y abundantes hojas, que la tierna hierba se
había convertido en hierbajos comunes y que lo que más le gustaba a ella, sus
flores habían muerto, se habían convertido en mustios matojos caídos, ya no eran
tan preciosas, ni olían tan extravagadamente, su olor seguía siendo peculiar
pues para ser plantas, olían como a despojos de carne muerta, entonces de entre
sus carnosos y rosados labios, un suspiro de aire soltó, más su sorpresa fue,
que el alma, se marchó.




viernes, 5 de noviembre de 2010

La última palabra.

-Yo... ¡ya no aguanto más!
-Relajate, tú no eres así
-Y tú, ¿qué sabes?
-Nunca has sido así conmigo...
-Contigo, mira, no me lo recuerdes, ¿vale?. Contigo tenia que haber sido de otra forma
 pero no, fui tan estúpida que seguía haciéndolo todo con cuidado e ilusión, y ¿sabes que me ha
 pasado?
-¿Qué?
-Que ya no sé ni lo que quiero, que no sé que coño hago viviendo si ya no te tengo,
 que estoy harta de ¡todo!
 Después de todo lo que he echo por ti... después de como me e portado, de cuanto te e amado y te
 sigo amando... y sigues así, no vale la pena nada.
-Y, ¡¿por qué no pasas de mí?!
-Porque no puedo, ¿es que no lo ves? me preocupa lo que te pase, el como estés, si te encuentras
 mal yo me pongo mal, tan solo porque sé que no puedo animarte, y cuando me dices que vas a llamar...
 espero ansiosa a que suene el teléfono, y lo peor es cuando te haces de rogar, me haces esperar y
 esperar...
-No era mi intención...
-Lo sé, tampoco puedo pretender que me hagas caso, ni que me quieras, pero bueno e de aprender
 a saber que tienes una vida y que yo ya no estoy en ella...

-Pero, a mí me importas, yo te quiero...
-¿Qué me quieres? no lo niego, pero estoy segura de que no igual que yo a ti.
 La única forma de saber si de verdad te importo algo, es marchándome y a este paso
 lo vas a conseguir, aunque quizás es lo que quieres que haga, que me canse y te deje
 tranquilo, pero si no, espero que cuando me vaya veas lo que has perdido y que pases despierto
 el mismo número de noches que yo lo hice pensando en ti.

-Espera, ¿te vas? ¿a donde? ¿volverás?
-sí, a un lugar donde se supone que todo es bonito, no creo que pueda volver...
-¿No iras a hacer lo que creo que...?
-Te quiero.
(En ese momento colgué el teléfono, miré al cielo y fui avanzando lentamente hasta el borde, allí
 una lágrima se deslizó por mi mejilla, sonreí y me dispuse a dar el último paso.
 Al instante me desperté, vi a un montón de gente alrededor de alguien, me acerqué, pregunté
 pero era como si nadie me escuchara, entonces vi que era yo, rodeada de un charco de sangre, y
 ¿sabes quien estaba allí llorando? él...)