miércoles, 27 de abril de 2011

Factores comunes.

Y aquí me encuentro un atardecer más, sentada en las escaleras del porche, escribiendo cualquier volátil pensamiento mientras me tomo un vaso de leche con nescuik.
Llevo tiempo queriendo expresar la sensación que recorre mi cuerpo al ver esta tremenda puesta de sol con la que me deleita el mundo cada día, pero es algo tan... indescriptible...
pero a quien vamos a engañar, no sirvo para escribir, ni para dibujar, tan solo
soy una chica más con esas aficiones para evadirse, ya que la mayoría de mi tiempo, es malgastado, tirada en el sofá, mirando fijamente el reloj de cuco y viendo como va girando
la manecilla del reloj. Aunque con el paso de los días me he dado cuenta de algo,
aburrimiento, imaginación y tiempo, tres factores que pueden darte los mejores momentos de tu vida, si en cualquier momento falta alguno, entonces es cuando sientes que falta algo, en esta teoria, el amor es secundario.

domingo, 17 de abril de 2011

Tú me lo enseñaste.

Desesperada por intentos fallidos, ilusiones que rompes con tanta facilidad... Siempre lo acabas jodiendo todo, siempre te sales con la tuya. Coges mis sentimientos y los tiras a la basura , formando un universo paralelo con dolor sufrimiento e ira. Pero ¿sabes? se acabó, no pienso luchar más por tí, no pienso volver a dejarme el pellejo intentando que no te desbanezcas, ya que nunca lo harás. Ahora todo es distinto, ahora no eres capaz de hacerme un rasguño, eres algo insicnificante para mí, porque siempre atacas de la misma manera y tus ataques se estan volviendo en tu contra.
Ahora te desesperas,porque tienes miedo a estar solo, ahora todo es distinto y no puedes hacer nada para que cambie mi felicidad...

martes, 12 de abril de 2011

La melodía

Después de aquel silencio incómodo, Erick preocupado me ofreció un chocolate caliente, e intrigado preguntó.
-¿Qué pone en el folio?-
- Hear this voice from deep inside It's the call of your heart Close your eyes and you will find The way out of the dark.-
 ( Escucha esta voz en el interior es la llamada de tu corazón, cierra los ojos y encontrarás la salida de la oscuridad)
- ¿Tiene algún significado para ti? -
- Son las mismas palabras que él me dice, en mi sueño, estoy rodeada de oscuridad y una voz dulce de hombre, me canta estas palabras,
 y cuando lo hace, es como si me tranquilizara, como si fuese una canción de cuna que adormeciese a los temores, pero por unos
 instantes él se marcha, y entonces es cuando empiezo a oír ruidos, como si algo me acechase, comienzo a correr pero algo muy pesado
 me invade el cuerpo y me frena, como si de culpabilidad se tratase y ahí, es cuando me despierto.-
- Bueno, ya es suficiente por hoy. - Dijo Brad con tono serio. - Vete a casa y descansa, Erick, acompaña a la damisela.-
- A sus órdenes jefe. - dijo con un tono enérgico mientras se ponía firme.
- Gracias Brad, pero no necesito un escolta, me mantengo en pie perfectamente.- Dije con aire de superioridad.
Brad clavó su mirada en mi, y dijo - Nadie te ha dado elegir, es una orden para él.- al terminar, se puso su
gabardina, cogió su sombrero y dio un tremendo portazo al salir de la comisaria.
- Qué borde está ¿no?-,
- Cariño, te dije que no estaba de buen humor, ahora que he visto el calendario, recuerdo porqué.-
- Y, ¿por qué está así? - Dije preocupada.
- Hoy es siete, ya han pasado más de 3 meses.- Dijo con la voz apagada y mirando al suelo.
- Oh, cierto, ya no recordaba la tragedia de la pobre Lucy.- Le dije mientras le esquivaba con la mirada.
Hace ya 3 meses que la hija menor del comisario Brad, la pequeña Lucy había sufrido un tremendo accidente que la había dejado en coma,
la niña, tenía 9 años, y era encantadora, de físico delgado, blanca como la leche, era pelirroja como su madre y muy pecosa, lo único
que había sacado de su padre, era su mirada, ese verde tan intenso y esos ojos tan expresivos.
Después de aquella reflexión personal en la que nos habíamos sumergido con el breve recordatorio, nos pusimos de acuerdo para continuar,
al fin y al cabo, dejé que Erick me acompañara. En el camino de vuelta, todo fue silencio, suspiros y miradas.
Cuando llegamos a mi portal, una proposición invadió mi cabeza, y mientras abría la puerta, salió de mi boca, como el que no quiere la cosa.
- Erick, ¿te apetece subir a tomar algo? - No sé porque, pero me ruboricé al decírselo.
De repente la expresión triste que cubría su cara, quizás debida a lo acontecido o a la despedida, se esfumó, y sin apenas pensárselo
dos veces, contestó animado - ¡Claro que sí!, pensaba que no lo ibas a decir.-
Acto seguido, los dos subimos las antiguas escaleras de mármol blanco que tanto me gustaban por su sencillo pero sofisticado diseño,
abrí la puerta de casa, y cuando me giré para ofrecerle entrar, me cogió de las manos y me besó.

domingo, 10 de abril de 2011

El despertar.

"No te vayas por favor, ¡no lo hagas!"
- ¡Ah! - grité mientras me sobresaltaba de la cama.
- Maldita sea, ese sueño otra vez, ¿por qué me persigue? - dije entre sollozos, me arrodillé en el suelo,
cogí a Noa (mi oso de peluche de la infancia) y me puse a llorar mientras recordaba aquel tormentoso sueño.
Tras diez largos minutos de llanto, sonó el antiguo teléfono de la abuela, (era un teléfono de pared con contestador, de los primeros
que sacaron en aquel entonces, tenía el tamaño de una caja de zapatos y era de color negro, no tenía botones
para marcar los números, si no una ruedecita con un brillo dorado, como si se tratase de pan de oro).
Me alcé del suelo lo más rápido posible para contestar pero cuando estaba apunto de cogerlo, colgaron, al
instante saltó el contestador automático y se reprodujo un mensaje.
- Cariño, sé que te gusta dormir más que a nadie, pero haz el favor de venir ya a la comisaria, Brad quiere hablar
contigo y no está muy de humor, hemos averiguado algo sobre la desaparición y tiene que ver con la persona
de tus sueños.- Era la voz de Erick, el típico policía rubio, de ojos azules, y fuerte al que toda mujer de la ciudad
deseaba dar caza, pero este era más astuto que ellas, (para mí era un amigo de copas, le conocí una noche en un bar,
pero es una larga historia, que ahora no interesa).
En cuanto terminó de reproducirse, me vestí lo más rápido posible, me puse unos vaqueros cortos grises, y una camiseta vieja
que tenia a los pies de la cama, cogí las llaves de casa, y salí como alma que lleva el diablo.
La comisaria estaba una calle más abajo de donde yo vivía, lo cual no suponía un problema de distancia, al paso que iba
en menos de cinco minutos ya estaba allí, por el camino, iba pensando en cual sería la extraña relación del sueño
con el desaparecido.
- Vaya, vaya, la princesita ha llegado ya.- dijo con tono irónico Brad mientras caminaba hacia él.
- Brad, déjate de bromitas y dime que sabes.- le puse gravedad al asunto con mi tono de voz.
Me miró con sus ojos serios y viejos, y en un suspiro, soltó dos palabras. - Tu melodía.-
Asombrada y confusa le respondí - ¿Mi melodía? -
- Sí, aquella que a veces tarareas cuando recuerdas el sueño...-
- ¿Qué tiene que ver con él?-
- El mensaje cifrado que nos dejó, conseguimos averiguarlo, y era la letra de una canción.-
- No puede ser la misma, a ver. -
Cogí el folio, tomé aire y procedí a leerlo, segundos después, leí algo que me paralizó por completo,
perpleja, solté el folio, y entre murmullos de pensamientos y suspiros de terror, dije.
- Es él. -